

Issac Alexander
Desde niño, yo me veía como mi papa. Uno va creciendo y se da cuenta de que algo anda mal. Sobre todo, en la pubertad. No, ¿Por qué el pecho crece, porque tiene que pasar? Yo negaba todo. Sentía una euforia terrible. Una sensación muy fuerte, a algunos les pongo un ejemplo: Hoy eres tú y estás feliz. ¿Qué pasaría si mañana despiertas en un cuerpo que no es el tuyo?
Y así, vas creciendo. En la primaria sufrí mucho bullyng por mis compañeros. Me decían: ¡Tú no eres un niño, ¿Por qué te comportas así? Nunca les dije a mis papás en esa época porque ellos son muy conservadores. Me pegaban, y no le quería decir a mis padres. Si llegaba todo moreteado y ellos me preguntaban, yo les decía que jugando. Nunca le dije a los profesores, tenía miedo.
Pasó el tiempo, en la secundaria también fue difícil. La prepa fue completamente diferente, todos eran más abiertos. Todos tenían más libertad y no sabía que eso existía. Hasta que conocí a un amigo, un chico trans. Una vez se me acercó, me dijo que algo no parecía estar bien conmigo y me preguntó si lo dejaba ayudarme. Le dije que sí, y me envió un PDF con diez cuartillas sobre transexualidad.
Cuando lo leí me identifiqué al instante y le comenté. “Yo te voy a empezar a hablar de Masculinidad y tú me vas a decir cómo te sientes “dijo. En ese entonces yo era feliz, nada más esperaba el tiempo para platicar con él. Para ese entonces planeaba decirles a mis padres, les. enviaba algunas indirectas. Mi forma de decírselos fue diferente, no de frente.
Yo les escribí una carta contándoles. Al principio su reacción fue dura y dejaron de hablarme por un tiempo, poco después fue distinto. Tuve mucho apoyo de mi hermano menor, fue quién más me apoyo en casa. Actualmente mi relación es estable con mis padres y puedo ser feliz por cómo soy.